Soy Susana, facialista y creadora de K••SAND.
Veo mi sensibilidad como un regalo, una guía que me ha enseñado a escuchar, a crear y a vivir con autenticidad. Mi propósito es crear belleza —no solo en la piel— sino también en la forma en que nos cuidamos, nos conectamos y nos sentimos con nosotros mismos.

Para mí, la belleza es un puente entre lo visible y lo invisible; un reflejo de equilibrio y bienestar.

Mi camino en el cuidado de la piel nació de una necesidad personal. Durante años tuve una piel muy sensible y reactiva, y eso me llevó a explorar tratamientos más respetuosos y holísticos. Descubrí que la verdadera belleza no está en lo complejo, sino en la simplicidad, la escucha y el respeto por los ritmos naturales del cuerpo.

Me inspiro en la naturaleza, los amaneceres, los atardeceres y esos pequeños detalles que hacen especial cada día. También en el arte, la música y la fotografía, que alimentan mi sensibilidad y creatividad.
Y cuando necesito calma, creo con las manos.
Una de mis pasiones es crear collares con minerales. Siento que cada pieza conecta con la Tierra y su energía; son pequeños recordatorios de transformación, de conexión, de belleza en lo simple.